Hay aspectos inconscientes de nuestra
percepción de la realidad y cada experiencia
contiene un número ilimitado de factores
desconocidos. Existe un límite de certeza más
allá del cual no puede pasar el conocimiento
consciente, por tanto, todo lo que sabemos del
mundo y lo que llegamos a conocer, son
contenidos de la consciencia, que han manado
de fuentes oscuras y lejanas
Carl G. Jung
Desde el Departamento de Pintura de la Facultad de
Bellas Artes, y con la coordinación del doctor y
profesor de la misma universidad, Daniel Rodríguez
Vázquez, José Luis Ochoa y Juan Calleja han unido sus
caminos para la realización de un proyecto expositivo
común, como complemento de sus estudios doctorales
en la Universidad del País Vasco UPV-EHU. Un
encuentro dialogado a dos voces entre dos artistas
diferentes pero enfrentados a un mismo propósito.
Ambos artistas coinciden en sus respectivas investigaciones tanto en el campo teórico como en el práctico de la pintura, en una propuesta conceptual que comparte una misma sensibilidad. Una mirada estética
donde lo conceptual adquiere una particular relevancia
y que abarca desde el estudio reflexivo de lo siniestro
hasta la dimensión vivencial de lo inefable.
El proyecto ESTADOS ALTERADOS se presenta
como el encuentro cómplice de dos miradas enfrentadas, donde dos artistas coinciden en localizar las vertientes significativas en torno a un particular vacío, y establecer allí un vínculo paradójico donde la ausencia
y la presencia se convierten en ejes principales del
diálogo pictórico. Un diálogo resuelto desde prismas
opuestos pero visiones complementarias, una a través
de la figura femenina, y la otra, a través de los espacios
vacíos.
Ochoa sugiere espacios que provocan la
reflexión donde la ausencia y la soledad se convierten
en herramientas de reconstrucción imaginaria. Esta
reunión de pintores que generosamente ofrece la Sala
de Exposiciones de las Juntas Generales de Bizkaia,
nos permite el reencuentro gozoso con dos jóvenes
autores que han surgido de los talleres de la UPV-EHU
y con sus particulares propuestas de trabajo e investigación artística.
José Luis Ochoa es uno de esos artistas que se pregunta el porqué y el cómo seguir pintando, su trabajo se basa principalmente, en la investigación del significado cambiante de la memoria que relaciona el tiempo
personal con el tiempo histórico, y las huellas que
produce. Trabaja con la paradoja de lo material y lo
inmaterial, que conjuga con algunas de las principales
contradicciones de la condición humana, la presencia y
la ausencia, la luz y la oscuridad, etc. Su obra incide en
esos residuos dejados de lado, en la parte ausente, lo
que se deja fuera de la selección intencionada de la
realidad, que solo representa una parte, esa otra posibilidad, la del fragmento como modo de supervivencia,
como salida. Esas huellas se ven reflejadas dentro de su
obra de una manera especial, destacando su trabajo
con la materia, clave y de vital importancia para él, que
va desde la delicada pincelada de óleo y su paleta de
grises, hasta la mezcla de éste, con otro tipo de
elementos alejados de los cánones tradicionales de la
pintura. Predomina principalmente el uso del hierro,
que se oxida en los lienzos por la acción temporal
externa, y que a modo de deconstrucción, hace de
estos, los protagonistas de un camino procesual
abierto, convirtiéndolos en objetos oxidados en sí
mismos. En sus pinturas vemos como a Ochoa le
interesa investigar y recuperar figuras, hechos, testigos
o estructuras obsoletas, desaparecidas en un tiempo y
espacios determinados, y que nos llevan a remitirnos a
algo perdido en nuestra propia memoria, que se resiste
a desparecer en forma de enigma inherente. Son
figuraciones misteriosas que hacen de su obra un mapa
lleno de posibilidades diferentes, evocando sentimientos dispares que nos hacen replantearnos también nuestro propio lugar como espectadores.
Miradas que se proyectan fuera de plano y se dirigen
con miedo hacia aquello que debiendo de permanecer
oculto se ha revelado. Como todo proceso introspectivo, las imágenes nos reflejan y prolongan, nos ayudan a entender lo que somos, pero también lo que quizás podríamos llegar a ser.
Daniel Rodríguez
Facultad de Bellas Artes UPV/EHU